Uno de los conjuntos
arquitectónicos más importantes de Arafo es el formado por el molino y
lavaderos públicos, situados en la cuesta del estanque, por cuanto están
incoados como monumento histórico artístico desde 1984. El molino está formado
por un canal de agua realizado sobre una arcada en cantería de piedra viva
reforzada con bloques de tosca de grandes dimensiones, que progresivamente va
aumentando en altura para poder verter el líquido elemento sobre el vaso
acumulador del molino, que es una construcción cuadrangular, hecha de piedra,
con la misión de abastecer el agua necesaria para mover la maquinaria de
molienda.
Se edificó en 1895 por Antonio
Marrero Pérez, quien con unos ahorros traídos de América solicitó del
Ayuntamiento un solar que fue sacado a subasta y rematado a su favor por un
total de diez pesetas. La Corporación dejó claro que por ser beneficiosa para
el pueblo, sólo se podría construir la obra citada y ninguna otra. La fábrica
se inició una vez conseguidas las pertinentes licencias municipales, cesando en
su funcionamiento a lo largo del primer tercio de este siglo.
A su vez, en un alarde de
economización de los recursos, el agua que salía del molino era aprovechada
para los lavaderos públicos. Dispuesto en un espacio de unos 120 m2, se
distribuyen de manera longitudinal en su interior dos series de piletas para
lavar la ropa. E1 techo estaba formado por dos cubiertas de madera a una sola
agua que vertía sobre el canal situado en el eje longitudinal del edificio. E1
agua que se usaba para la colada era de nuevo canalizada para ser reutilizada
cauce abajo.
Las primeras noticias que tenemos de
la existencia de este conjunto aparecen en unas normativas dadas por el alcalde
Domingo García el 28 de septiembre de 1839 cuando establece que se multe con
dos reales a todos los individuos que faltasen a sus trabajos en la
recomposición de caminos y que ese dinero se emplease en el lavadero o en
cualquier otra obra publica, por lo que, si no se estaba haciendo algún tipo de
remodelación, su construcción podría datarse en torno a esa fecha.
E1 uso del recinto no se restringía
a los habitantes de Arafo; mujeres de otros pagos como Malpaís o Cuevecitas,
pertenecientes a la jurisdicción de Candelaria acudían allí a lavar la ropa,
por lo que se dieron quejas al Gobierno Civil en 1873 pues dos años antes se
propagó por Arafo una epidemia de viruela cuyo origen se pensaba que venía de
esos sitios. Los lavaderos públicos continuaron funcionando hasta 1979 en que
se deciden cerrar por problemas sanitarios.
Este conjunto fue declarado Bien de Interés
Cultural con categoría de Sitio Etnológico mediante Decreto 41/2006 de 9 de
mayo , por el Gobierno de Canarias.